amigos como:
7. El amigo con camioneta
Todos tenemos que mover algo, y aunque vos no, probablemente algún día te vas a comprar una tele o un sofá y lo tendrás que llevar a tu casa. Tarde o temprano, alcanzarás el límite de lo que podés meter en el baúl de tu auto. Ahí es donde entra el amigo con camioneta. Podés comprarte una jaula para osos y cargarla en su caja.
Sin embargo, ésta es una amistad con la que tenés que tener cuidado. Los dueños de camionetas en círculos de amigos que no tienen una, tienden a sentirse usados, especialmente si tienen problemas para decir no.
Si notás una mirada de terror en sus ojos cuando le preguntás “ey, vos tenías una camioneta, ¿no?”, querrás ir despacio. Le podrías hacer galletitas o llevarlos a cenar, pero asegurate de devolverles el favor con algo que sea igualmente difícil para vos y útil para ellos.
6. El amigo “que entiende de computadoras”
Esto es Internet, así que seguro que muchos saben de computadoras, pero hay un montón de gente que se aburre hasta las lágrimas con los detalles técnicos, procesadores, tarjetas de video, equipamiento de audio, etc. No es que seamos estúpidos como para no entender los principios, pero no todos tenemos ganas de comparar las pruebas entre diferentes marcas o de aprender la mejor manera de hacer funcionar algo.
Seguro necesitarás ocasionalmente comprar partes para tu computadora, para poder jugar un videojuego divertido o hacer gráficos en 3D. “Pero si ahora podés sacar todo de Internet”, dirás, “a menos que seas un abuelo que no sabe lo que es Google”. Pero no es tan así. Además de algún artículo con una comparación entre productos, no hay adónde ir para saber cuál es la mejor impresora o monitor.
Por eso yo tengo a Pat. Pat es un amigo mío que lee todas las webs especializadas siempre y además lo ama. Podría burlarme de él por encontrar divertido algo que a mí me parece aburridísimo. O le podría decir que necesito una nueva tarjeta de video con la que pueda andar World of Warcraft y 10 minutos después él me mandará un enlace con la tarjeta exacta que necesito comprar, y yo aprenderé a celebrar las diferencias que nos hacen humanos.
Además de las compras, obviamente tu amigo conocedor de computadoras te puede ayudar a arreglar la tuya si se rompe. Seguro que la podrías llevar al service, pero tendrías que pagarle, y quién sabe además qué le harán a tu máquina cuando te vayas.
Los amigos que te arreglan la computadora pueden sentirse usados como los dueños de las camionetas, así que también deberías vos ayudarlos en algo en lo que a ellos les cuesta.
5. El amigo que te puede cuidar los chicos o las mascotas
Si tenés hijos o mascotas, algún día querrás ir a uno de los miles de lugares donde niños y mascotas no pueden entrar. Como dejarlos solos significa que podrías volver a una casa destruida y con todos los integrantes electrocutados por masticar cables, alguien necesita vigilar a estos monstruitos.
Como los detectives de la tele, muchas veces tenés problemas para encontrar a alguien con móvil y oportunidad. No es tan difícil dar con alguien que le dé el alimento al gato, pero ocuparse de un perro empieza a ser una dura faena, y cuidar a niños es un trabajo full time.
Aún si alguien quiere hacerlo, debe tener experiencia para manejar emergencias, y al niño o al animal le tiene que caer bien.
Si tenés suerte, padres o parientes pueden ayudar, si viven cerca, y si no te da miedo dejar tus hijos con ellos.
Pero si tenés un amigo que no está trabajando, que sabe cómo cuidar niños/mascotas y está dispuesto a entregar varios días de su vida para esto, no lo pierdas.
Pero si tenés un amigo que no está trabajando, que sabe cómo cuidar niños/mascotas y está dispuesto a entregar varios días de su vida para esto, no lo pierdas.
Si tiene una risa insoportable, dejalo pasar. Después deberías llevarlo al cine. De otra manera, nunca te irás de vacaciones de nuevo.
4. El amigo “en la industria”
Si querés un trabajo en el cine, sabrás que tenés que conocer a alguien. Este alguien te guiará hacia la gente a la cual le podrás mostrar tu guión, tus lolas o conseguir un trabajo. Mucha gente no se da cuenta que esta industria se mueve de la misma manera que otras menos glamorosas como las aseguradoras o la contabilidad.
Hoy necesitás conexiones para conseguir un empleo barriendo pisos.
Existe un mito aceptado de que se consiguen “trabajos normales” en los avisos clasificados o mandando tu currículum al mail de una empresa. La verdad es que alrededor del 80% de los empleos no se piden públicamente. Algunas son contrataciones internas, pero un montón se toman por referencias y redes de contactos, donde alguien mete el currículum de un amigo, o del amigo del sobrino de un compañero de tenis.
He participado de muchas contrataciones, y la parte de cuán calificado sos es rápida, solo miran tu experiencia y educación en tu portfolio, y si sos potable, hacen una apuesta razonable. Lo que buscan en las entrevistas y las referencias usualmente es una manera de asegurarse de que no estés loco.
Así que si alguien de la empresa te puede avalar, esto realmente te pone al frente, porque el testimonio de un compañero de trabajo confiable que dice que no estás loco es una garantía mucho más fuerte que lo que dice tu currículum.
Pero no solo necesitás uno “de adentro” para las conexiones. Desde “afuera” es fácil estar mal guiado acerca de qué trabajos podrías obtener, cuáles querrías realmente y cuáles por lo menos existen.
3. El amigo “entrador”
Todos conocemos a algún sinvergüenza que nunca espera pacientemente en una cola o compra nada al precio de lista, pero que siempre trata de encantar al vendedor o al maitre para que le dé un trato especial, y usualmente lo logra.
Muchos de nosotros bajamos la mirada ante esta gente porque secretamente deseamos salirnos con la nuestra. Sé que si tratase de pasarle una propina al recepcionista de un hotel para conseguir una habitación mejor, de alguna manera algo saldría mal y me gritaría “¿está tratando de sobornarme?” mientras yo correría muerta de la vergüenza. Pero estas personas se salen con la suya siempre.
Muchos de nosotros bajamos la mirada ante esta gente porque secretamente deseamos salirnos con la nuestra. Sé que si tratase de pasarle una propina al recepcionista de un hotel para conseguir una habitación mejor, de alguna manera algo saldría mal y me gritaría “¿está tratando de sobornarme?” mientras yo correría muerta de la vergüenza. Pero estas personas se salen con la suya siempre.
Solía amargarme pensando que esta gente estaba tratando de “engañar al sistema” y que yo nunca haría algo así porque soy demasiado honesta, no porque fuera pésima. Hasta que tuve amigos que son así. “Uy, ¿estás en una habitación común?” preguntan. “Es ridículo, ya me ocupo”. ¡Y cómo!
Hay una línea delgada que separa pedir más porque “no hará daño preguntar” y acosar a la gente al punto de ser odioso, y esa persona que está dispuesta a cruzar el límite es un gran amigo para tener. Especialmente en el trabajo.
En muchos lugares, el avance en tu trabajo depende de una combinación de hacerlo bien y política de oficina, y como la mayoría de nosotros apestamos u odiamos lo segundo, tener un campeón de la persuasión para hacer avanzar tu causa es un don.
2. El amigo que puede encontrar buenos tratos
Esta es la clase de amigo que te podés perder de descubrir si tomás la decisión incorrecta en un dilema moral menor. Casi siempre se revelan en inocentes conversaciones de grupo cuando vos mencionás unas vacaciones que tomaste y te preguntan cuánto gastaste, y reaccionan diciendo “Oh, no, eso es demasiado. Deberías haber chequeado tal agencia primero, yo vi tarifas a $400 la semana pasada”.
Aquí tenés una opción. Te podés enojar porque te dejó como un boludo, o podés fijarte si esta persona te puede encontrar un buen trato.
Para darte cuenta, ponelo bajo una luz fuerte y preguntale el precio de productos, o podrías juntarte con él y conocerlo.
Esta es la clase de persona que cree que la comparación de precios es un deporte recreativo. Para vos sería una tarea tediosa ir de tienda n tienda, de sitio web a otro, leer la letra chica, etc. Pero para este sujeto, es como un juego. Cuando se compra un nuevo aparato, está menos emocionado por el aparato que por el hecho de que lo consiguió con una rebaja del 60%.
Esta es la clase de persona que cree que la comparación de precios es un deporte recreativo. Para vos sería una tarea tediosa ir de tienda n tienda, de sitio web a otro, leer la letra chica, etc. Pero para este sujeto, es como un juego. Cuando se compra un nuevo aparato, está menos emocionado por el aparato que por el hecho de que lo consiguió con una rebaja del 60%.
La variedad ilegal de esta gente es la que siempre puede encontrar software pirateado o electrónica “que se cayó del camión”. Tal vez no sea una buena idea hacer tratos con ellos, pero es el mismo tipo de gente, solo que con menos escrúpulos.
Vos le podés pedir a tu amigo que te encuentre un buen trato, o absorber algunos tips que deslizará en una conversación y aprender lecciones valiosas.
1. El amigo con beneficios (en el trabajo)
La versión sexual del “amigo con beneficios” está sobrevaluada. Preferiría tener un amigo que trabajara en Adobe, porque los empleados de Adobe pueden tener paquetes de software por 25 dólares y si consigo por ellos un Photoshop CS5 Extended (precio de lista U$S 1.000), me ahorraría U$S 975, que podría después usar para obtener sexo.
Más allá de las toneladas de lugares donde te gustaría tener un amigo para obtener descuentos, los amigos que tienen trabajos de servicios (como los médicos o abogados), también son útiles.
Pensá que tendrías que pagarle a un abogado para preguntarle nada más qué piensa sobre un asunto y te darás cuenta de cuán beneficioso sería tener un amigo que te ahorrara ese dinero diciéndote que no tenés posibilidades de ganar.
Otras grandes profesiones para tener amigos son chefs, especialistas en impuestos, empleados de Apple y asesinos a sueldo.
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